viernes, 4 de julio de 2008

El Eremita


Afuera, todo se mueve… Afuera todo se agita de un modo irritante, teñido por la violencia del viento que lo abandona a su acaso con frecuencia. Esa insistencia idiota que empezaba a olvidar hace un momento y ahora me quema los ojos sin reparo, silbando victoriosa con un tono infantil. Allá nunca van a detenerse. Aunque yo me cristalice para siempre, aunque quedara regado en el piso con la rigidez y ausencia que me caracteriza. Senil, tácito y enfermo… Ya estaba todo perdido, desde el principio. Antes de hablar, antes de distraerme… y ya estaba todo perdido. Una batalla de miradas indecisas, que se pierde… De cobardes que imaginan un pasado y desatienden todo… desprolijos… con la ingenuidad de un nene afiebrado, que ve monstruos en las sobras de su cama, pero domina el pánico seguro de la protección de su frazada, aforrándose con fuerza y tapándose el rostro…

Esos, son los enemigos…

y los aliados…

los protectores…

las amenazas

Una pantomima idiota que nos entretiene

Adentro… Adentro todo permanece apagado, estático… termino por frenarme en una silla para no desencajar con el ambiente. Morirme, para crear alguna forma de equilibrio… es irritante, ser lo único que se mueve

La mimesis se vuelve inevitable… la presencia de objetos animados, un alivio. El silencio, llega a formar una lamina helada que recubre y congela todo… opacando hasta mi propia mirada.

Es importante interactuar con las cosas, todo el tiempo, que se muestren reacias a algunas actividades… si no con la capacidad de negarse, al menos con la de generarme culpa… Personalizar las cosas, que cada una se quede con algo mío y la vez me pertenezca. Y así, fundirme lentamente en el ambiente, hasta volverme una nube de polvo borrosa y débil, que acompaña pasivamente en su quietud a las paredes… De ese modo el juego se sostiene por un tiempo. Alguien viene de tanto en tanto, impulsado pro una curiosidad morbosa y resignifica todo lo que pasa adentro. Mueve las cosas, las nombra, me habla, le marca a todo un límite de nuevo. Después de eso ya no vuelve a ser lo mismo.

Para ellos las cosas son cosas… no me dejan que los mire hasta apropiarme… hasta quedarme con todo cuanto tienen de suyo. Se llevan la habitación consigo luego… y quedo tendido otra vez, extraño…




acepto sugerencias jejejje